En Malasia tuvimos varias colaboraciones, a cada cual más interesante y enriquecedora. La primera que hicimos fue en la escuela Salam Children´s Learning Centre. Se trata de una pequeña escuela iniciada por una familia de refugiados de Iran. Se compone de 3 pequeñas salas en un primer piso, y los estudiantes son en su mayoría refugiados afganos.
Nuestra llegada era esperada, todos expectantes, así que nos fue muy fácil empezar con las risas, haciendo el payaso no falla… Las caras sonrientes de l@s niñ@s, entre una cierta reserva de timidez inicial. Solo llegar ya alborotamos toda la escuela!!!! Esto iba a ser fácil…
Y efectivamente, tod@s se engancharon a la formación en un instante!!!! Nos costó muy poco tenerlos a todos compartiendo enganchados y completamente dispuestos. Poco a poco fuimos creciendo juntos, hasta que llegó el final.
Las caras de tod@s eran de felicidad, nos dejaron enamorados de ellos, y al final estuvimos chocando palmas, haciendo bromas, todo risas, incluso antes de irnos algun@s niñ@s incluso nos abrazaron, con un arrebato de pleno amor… que guapísim@s son tod@s!!!!! Para comérselos!!! la verdad es que nos enamoramos rápidamente de todos nuestros alumnos…
Antes de irnos la familia regente nos invitó a un té y unas pastas de cortesía. Estaba la hija, la mujer y el hombre de las casa. Nos contaron un poco su historia, los sufrimientos que habían vivido saliendo de Irán perseguidos por ser cristianos hacia Paquistán, y como allí les habían intentado asesinar por envenenamiento, del que sobrevivieron de milagro para escapar a Malasia… Todo sobrecogedor… no somos conscientes de las injusticias que suceden en el mundo hasta que nos las cuentan, y vemos de lo espeluznante que somos capaces…
En fin, nos vamos con muy buen sabor de boca, con una experiencia inolvidable y con el recuerdo de las caras de felicidad de l@s niñ@s… Nos encantaría volver para seguir con lo que empezamos…