Compartiendo felicidad en las escuelas de Yibuti, una sonrisa en Africa

En Yibuti tuvimos la oportunidad de visitar tres escuelas en barrios humildes de la ciudad de Yibuti, la capital del país. Allí nos pudimos presentar y trabajar con varios grupos de estudiantes. En total compartimos nuestro tiempo con más de 500 niñ@s de diferentes edades, desde 6 a 17 años.

Los grupos eran bastante numerosos, lo que dificultaba mantenerlos a todos atentos, y a esto hay que sumarle que todos estaban muy excitados y emocionados por nuestra presencia.

Sólo llegar a las escuelas, como suele pasar, la novedad atrae la atención de l@s niñ@s que corren, ríen y gritan a nuestro alrededor. Como también suele pasar, nosotros empezamos a hacer el payaso con ellos y entonces se crea un vínculo basado en el interés común de pasárnoslo genial…

Ver sus caras inocentes, sonriendo, contentos y felices por la oportunidad de vivir una experiencia diferente… Además, vestidos con sus mejores galas para ir al colegio, se puede ver la importancia que ell@s y sus familias dan a la oportunidad de ir a la escuela, algo vital y fundamental para conseguir no llegar a la pobreza extrema en la que algunos de ellos vive y en Yibuti, la pobreza tome otro significado… desierto, polvo y roca…

Horn of África es una escuela de habla inglesa que se encuentra en la misión de Yibuti. Se trata de una pequeña escuela llevada por las monjas de la madre Teresa de Calcuta. L@s niñ@s eran muy espabilad@s y activ@s y fue una gozada trabajar con ell@s. Desde el principio estaban emocionados.

Compartimos experiencias y vivencias, vida y emociones, con naturalidad y generosidad, hicimos lo que ellos querían hacer, fluyendo con el teatro, llenos de talento, encantados de expresar para su clase, para los suyos, desde el más tímido hasta el más extrovertido. Toda una experiencia donde descubrimos puro talento!!!!

Las escuelas de La Salle y Boulaos son escuelas de habla francesa de los suburbios de Yibuti. Las dos están llevadas por monjas, católicas, aunque l@s niñ@os que asisten en su mayoría, como en todo el país, son musulmanes.

Compartimos nuestros talleres con niñ@ de entre 7 y 12 años de edad, estaban súper motivados. Eran monísim@s!!!!  Esas caritas eran un regalo para nosotros, la sobre excitación cuando pedíamos voluntarios, todos con las manos levantadas, incluso para repetir, levantándola todo lo que podían hasta acabar todos apelotonados delante nuestro…

Las ganas, la motivación, las caras de nervios antes de empezar, su relajación y excitación al acabar… Son los signos que nos dicen que estamos haciendo bien lo que hacemos, que a ellos les beneficia, que les aporta algo nuevo, un nuevo punto de vista, una nueva aptitud, algo que no van a olvidar fácilmente…

Nosotros, después de un gran esfuerzo, hasta acabar agotados, nos fuimos felices y satisfechos por haber hecho un buen trabajo, po haber hecho felices a muchos niños, enseñado un nuevo punto de vista, en su imaginación, en la misma realidad en la que viven, pero desde diferentes perspectivas… Nos vamos a descansar de tantas emociones, de tanto amor, de su parte, de la nuestra… Amamos nuestro trabajo!!!!!

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