Y por fin estamos en India!!!! Oooooeeeeh!! Dejamos Nepal, y después de 24 horas de viaje en varios autobuses locales, algunos a punto de desmontarse y en ocasiones carente de cristal en las ventanas, llegamos a Varanasi.
Varanasi es una de las ciudades más emblemáticas y sagradas de India. Allí es donde todo hindú que se lo pueda permitir lleva sus seres más queridos para incinerarlos a las orillas del río Ganges en una ceremonia hundú… todo un espectáculo de religión, misticismo y sadhus (gente que abandona toda vida terrenal para solo meditar y hacer yoga).
En esta ciudad contactamos con Learn for life, una ONG fundada y dirigida por Nicole y Michael, una pareja muy muy maja. Ellos tienen varios proyectos en marcha. Nosotros colaboramos con ellos haciendo dos talleres de clown y una actuación en la escuela que gestionan. Además, tienen una panadería que producen productos orgánicos elaborados por la gente local. También están formando a mujeres en técnicas de sastrería y se dedican a confeccionar ropas que después venden en la tienda que inauguraron mientras estuvimos allí.
Nos dirigimos a la guesthouse que tienen ellos mismo, Bread Brown Bakery. No fue fácil encontrarla ya que desde que la abrieron han aparecido al menos tres imitaciones con el mismo nombre o muy similar. Incluso una de ellos reclama que también esponsoriza una escuela que aún no tienen ni abierta… La gestión de esta gente es muy buena, así que no nos extrañó que les salgan imitadores y detractores envidiosos… Una vez allí hablamos con ellos y acordamos hacer los talleres al día siguiente, genial!!!
La escuela es un edificio de dos plantas que alberga la escuela, la panadería y el apartamento de Nicole y Michael. Es un edificio viejo pero es correcto y bien cuidado. Los más pequeños están en otra finca cruzando la calle, con un gran jardín y una zona cubierta donde los más peques de guardería juegan y aprenden con la profesora. Además allí está también la sala de confección con las máquinas de coser.
Los talleres los hicimos en este jardín. El primer grupo era de unos 25 niños de una edad comprendida entre 8 y 10 años. Empezamos como siempre calentando, dando juego, y ellos respondieron como corresponde, como niños. Nos lo pasamos genial, jugando, bailando, interpretando.
Estaban súper motivados y eran muy despiertos, fue una gozada. Además, por el reclamo de nuestra música, se veían multitud de cabezas de vecinos curiosos asomados por la verja. Cerramos el taller entre aplausos y gritos de emoción… no hay nada como ser niño y sentirte niño…
El siguiente taller eran 23 personas de edades entre 10 y 12 años. Estos eran más traviesos y rebeldes, Nicole ya nos había avisado. Al principio se revelaban haciendo bromas fuera de contexto, pero por el simple hecho de aceptarlas o incluso animarles a continuarlas, dejaron de hacerlas fuera de contexto para meterlas en el contexto y compartirlas.
Todo el taller fue genial, algunos eran más tímidos que otros, pero nosotros los animábamos y todos participaron.
Las improvisaciones fueron muy graciosas, con la nariz roja, estaban para comérselos, super entregados, buscando la mirada del público, disfrutándolo con emoción. Al acabar, se quedaron a comentar la jugada con nosotros, motivados, con los ojos abiertos y brillantes…
Llegó la hora de comer, todos los niños llevaban una bandeja llena de arroz, como la nuestra, arroz biryani, muy rico. Después, tocaba el show, así que preparamos el escenario en el mismo patio dónde hicimos los talleres.
Encargamos a una de las voluntarias, Sophie, que nos ayudara con el sonido, la rutina de siempre. Y nos cambiamos y maquillamos en la sala de costura.
Todo estaba listo, dimos la señal de inicio y empezó a sonar la música… qué nervios!!!! Salimos y todo empezó a funcionar, las risas empezaron a brotar, los niños se acumulaban en la primera fila desbordándola.
Todo iba como una seda, todos metidos en la historia, cuando de repente unos tambores ensordecedores empezaron a sonar, eran los partidos políticos que hacían comparsas por la ciudad como si de una demostración religiosa se tratara, con gritos apasionados, himnos repetidos por decenas de personas… En resumen, una buena cortada de rollo que duró 5 min hasta que desaparecieron calle abajo… Nosotros le dimos todo el juego que pudimos mientras duró, pero para ser sinceros, cortó mucho el rollo.
Tocaba remontar!!! Y así lo hicimos, con toda nuestra energía volvimos a compartir la historia, juntos nos volvimos a meter y las risas y el amor entre la dama y el pintor volvió de nuevo… Al final, aplausos y choques de palmas, abrazos y agradecimientos.
Fue un día genial, con una gente fantástica, y un proyecto de ONG lleno de buen rollo.
Al volver al edificio principal Nicole y Michael nos ofrecieron estar gratis en su guest house, Brown Bread Bakery, posiblemente la más limpia y agradable de todo Varanasi, y 50% descuento en la comida!!! Una oferta genial que no rechazamos… Nos dejaron estar todo el tiempo que estuvimos en Varanasi, 4 noches más, incluso mientras colaborábamos con otras ONG, un regalo inesperado.
La habitación era superacogedora y limpia, la comida excepcional, y lo más importante: limpia!!!! Algo que en India puede no abundar… no exagero, tenemos una gastroenteritis cada 3 días… y eso que vamos con cuidado…
En resumen, muchísimas gracias Learn for life por la colaboración y las facilidades que nos habéis dado, sois gente fantástica haciendo una grandísima labor!!!!