De Katmandú nos fuimos a Pokhara, 12 horas de autobús por carreteras infernales… No sé si ya lo había comentado antes, pero Nepal tiene las peores carreteras que hemos visto nunca… así que 100 km se recorren en una media de 5 horas… y además se suma el continuo bacheado, vigilando de no golpearnos la cabeza con el techo, y que decir de la música nepalí… a todo trapo, canciones en bucle que no acaban nunca… jajaja… en ocasiones parace una tortura!!

Una vez en Pokhara, contactamos con Butterfly Foundation. Se trata de un empresario nepalí que se dedica a la hostelería y que tiene una fundación de ayuda a los más desfavorecidos. Por ejemplo ha dado ayudas a gente víctimas del terremoto. También tiene una guardería donde cuida y alimenta a niños de 2 a 5 años mientras sus familias están trabajando.

Allí nos ofrecimos a hacer un taller de 2 días y una actuación. Ellos aceptaron con gusto, incluso nos invitaron a quedarnos las 2 noches en las que colaboramos con ellos en el hotel que tienen con el mismo nombre.

El día antes nos invitaron a hacer una visita previa para ver la guardería. Se trata de una finca con un gran jardín, tiene un edificio de 2 plantas. La planta de arriba no la vimos, pero en la planta baja tienen un par de aulas y una zona cubierta pero abierta donde están los más pequeños… son monísimooos!!! Para comérselos!!!!

Al día siguiente fuimos para allá. Nos cambiamos a la ropa de taller y empezamos. Todos los niños en círculo, empezamos haciendo un calentamiento… para comérselos!!!!

Al principio algunos mostraban su timidez, otras se lanzaban sin pensárselo. Les encantaba picar de palmas, y cuando lo hacían se desmadraban gritando… nosotros lo alimentábamos para que disfrutasen y liberasen.

Después hicimos juegos y se lo pasaban genial… en algún momento perdíamos el control y se nos tiraban a hacernos cosquillas o a abrazarnos… jajajaja… Y para acabar les pintamos la cara de animales!!!!

Les hacíamos sentarse en una silla mientras les pintábamos hocicos de tigre, león, mariposas o mariquitas. Se quedaban quietos como de piedra, aunque con ganas contenidas de levantarse y jugar con su nueva personalidad!!!!

Cuando acabábamos y se veían en el espejo se les iluminaba la cara y salían pitando a jugar con los ya pintados. Se lo pasaron genial…

Al día siguiente, nos dirigimos a la guardería, pero justo cuando llegamos a la puerta llegó un minibús con unos 10 payasos… perdón!? Jajajaja… Eran un grupo de holandeses que hacían de payasos para niños pequeños como voluntarios…

Nos presentamos y les dijimos que también éramos payasos… fue una grata sorpresa!!!! Nos organizamos y decidimos que ellos harían un rato de animación para los niños y después actuaríamos nosotros. Fue muy divertido, ellos sacaban marionetas, acordeones, les dieron narices de espuma, y los niños se lo pasaron genial.

Después llegó nuestro momento, planteamos un escenario, todos se sentaron en las esterillas puestas en el suelo, y empezamos el espectáculo… Fue fantástico!! y aún más por el apoyo de los payasos con los que compartimos el espacio.

Todos se lo pasaron genial. Cuando sacábamos de voluntarios a los niños primero se mostraban tímidos en el escenario, y después se lanzaban para salir y jugar con nosotros…. todo un regalo.

Al final los niños estaban contentísimos!!! Habían tenido sesión doble de payasos!!! Y tanto nosotros como el otro grupo de payasos nos felicitamos mutuamente por el trabajo hecho. Una experiencia magnífica en la mejor compañía!!

Esa misma noche, nos volvimos a reunir con el grupo de payasos para cenar. Una noche fantástica llena de risas, bromas y payasadas, gente magnífica. Y así cerramos esta colaboración, con niños felices por haber jugado y sentido, y payasos emocionados por la experiencia y las nuevas amistades encontradas en el camino, seguimos en contacto!!