De Varanasi nos fuimos a New Delhi, 12 horas de viaje en el tren de la noche. Allí contactamos con Pablo y Rebeca de Streets of India. Uno de los proyectos de esta ONG, está dedicado en CNI Shishu Sangopan Griha, es un centro de día desde el que se forma a mujeres, mediante su participación en diferentes talleres, y se da refuerzo escolar a niños y niñas con edades comprendidas entre los 2 y los 10 años, evitando el abandono escolar y dando soporte familiar.
Algunos barrios de Delhi se componen de barracas construidas con materiales de deshecho, y sus gentes viven en condiciones de pobrezas extrema. Las condiciones higiénicas y los recursos de alimentación no son apropiados, y menos para los niños que crecen en este entorno.
En este centro de tarde se desarrollan en un entorno adecuado y seguro, aprendiendo rutinas saludables, realizando las tareas de la escuela y otras muchas actividades educativas. Además dan formación profesional de costura y estética a chicas y mujeres que tuvieron que abandonar la escuela prematuramente.
Esta educación les permite desarrollarse como personas en un entorno seguro y poder optar a una profesión que cambiaría su vida radicalmente.
A través de WhatsApp quedamos con Rebeca en hacer el taller al día siguiente. Así que para allá nos fuimos. El centro extra-escolar nos lo enseñó la Sra. Vadana, su directora, y Tatiana y Jeni, dos viajeras barcelonesas que habían ido a visitar la escuela el día anterior.
Ese día le tocó la lotería a Mayra, que cogió una gastroenteritis de caballo… con fiebre y una descomposición en repetición… Así que, debido a la reducción de energías, quedamos en hacer solo la actuación, y no forzar la máquina con el taller.
Preparamos una habitación grande y vacía en el segundo piso, perfecta para el show.
Preparamos unos colchones finos para que lo niños se sentaran, pusimos el banco y le explicamos a Jeni los cambios de música… nuestra improvisada técnico de sonido.
Nos fuimos a preparar a una habitación cruzando el pasillo, mientras poco a poco los niños más pequeños iban entrando en la sala.
Al final, teníamos unos 15 niños, listos para empezar… La entrada ya los exaltó, se levantaban y apilaban en la primera fila… estaban sedientos de juego, y eso les dimos, creamos el doble de intervenciones improvisadas, estaban encantados de salir al escenario, se agolpaban para participar…
Los juegos se sucedieron, y ellos encantados no paraban de reír. Al finalizar, no nos dejaban salir, querían más historia, querían saber cómo continuaba…
Así que lo resolvimos haciendo cosquillas y jugando al pilla pilla… Un sin fin de carcajadas… Todos quedaron encantados, incluso la directora Sra. Vadana que elogió la delicadeza del espectáculo.
El siguiente día que íbamos a la escuela fue a la semana siguiente, un viernes. Habíamos pactado a hacer un taller para los niños más grandes, de entre 10 y 14 años. Lo realizamos en misma sala que el show, suficientemente amplia.
Vinieron unos 20 niños y niñas, un número elevado, y todos estaban entusiasmados y motivados para empezar el taller de clown!!!! Al empezar, como suele pasar, todos estábamos alterados, haciendo bromas, distraídos, pero poco a poco e insistiendo conseguimos que todos formasen parte del grupo, dispuesto y atento a nuestros juegos.
Las actividades les sorprendían, les encantaban, se retaban los unos a los otros a hacerlo mejor… Fue un gusto de taller, tímidos al principio y loco al final, se lo pasaron genial, y así nos lo hicieron saber.
Al final tuvimos que parar porque se nos acabó el tiempo, aunque aún se apilaban con las manos alzadas para ser los siguientes en salir como voluntarios…
Y nos despedimos de una experiencia genial, con niños amorosos que agradecieron las actividades que les trajimos con inmensas sonrisas y juego, las compartieron y lo dieron todo para sacar lo máximo de esta experiencia. Un abrazo y os deseamos lo mejor!!!!