Seguimos por el sur de la India, y desde Bangalore volvimos en tren a Dindigul. Nuestra siguiente colaboración fue otra vez con JRS (Jesuits Refugee Service). JRS hace una excelente labor dando asistencia a los refugiados de Sri Lanka que están asentados en el sur de la India.
Estos refugiados son los Tamiles, y llevan ya más de 25 años en los 107 campos de refugiados que hay en la región de Tamil Nadú, esperando soluciones para asegurarse un futuro digno.
JRS realiza mediación con el gobierno de la India para mejorar en lo que puedan sus condiciones de vida, y si es posible acelerar la llegada de posibles soluciones con la ayuda de la UNHCR.
Mientras tanto, JRS nos pidió si podíamos compartir un poco de nosotros con un grupo al que ellos proporcionan soporte para que puedan disponer de alguna opción de futuro.
Este grupo se trata de las “Drop Out Girls”. Son chicas que han dejado la escuela prematuramente y no han obtenido ninguna otra formación. Las razones de dejar la escuela pueden ser varias, falta de atención por parte de los padres, discriminación en las escuelas indias, tener que trabajar… En cualquier caso, esta situación las condena a tener grandes limitaciones para su desarrollo económico, con una única alternativa, casarse.
JRS les proporciona una formación intensiva de seis meses seguidos. Les enseñan costura y todos los conocimientos necesarios para confeccionar ropa, y poderla vender para construirse un futuro. Además aprenden habilidades de salón de belleza, y otras aptitudes.
En la estación de tren nos vino a buscar el padre Alex, él nos explicó los detalles de la disponibilidad de las chicas para hacer el taller. Se trataba de 25 chicas, dos de las cuales habían sido contratadas como profesoras. Los talleres se llevarían a cabo en la residencia Shakthi. Shakthi Folk Cultural Centre es una escuela de danza tradicional india para chicas Dalit (la casta más denigrada, inclusive no es no considerada casta por ser muy inferior) que no tienen formación y sin modo de desarrollarse económicamente.
Este centro les enseña danzas tradicionales del sur de la India, más concretamente de la zona de Tamil Nadú. Las chicas ganan un sueldo haciendo gira en espectáculos de los alrededores ( y en ocasiones internacionalmente), ofrecen bailes como espectáculo tradicional. Nosotras las hemos visto y son realmente buenas.
Así que Sister Chandra, la responsable y fundadora del Shakthi Folk Cultural Centre, accedió muy amablemente a albergar y alimentar a las 25 chicas de JRS, además de a sus 25 chicas y a nosotros. Allí compartimos todos más de dos semanas. A cambio nosotros realizaríamos otro taller de dos días para sus chicas. Como os podéis imaginar hemos vivido grandes experiencias durante más de 2 semanas allí, os intentamos hacer un resumen.
El lugar estaba muy limpio, era agradable estar allí, rodeado de naturaleza en una zona rural en el sur de la India. La comida era excelente, toda hecha por ellas, con base de arroz, coco y verduras. Lo que más nos gustaba eran los idlys con chudney de coco, una salsa hecha con coco… una delicia!!!! Además, comimos un excelente arroz byriani…
El taller fue genial! dos semanas, cuatro horas al día, así que tuvimos la oportunidad de aplicar varias técnicas, muchos ejercicios. Ellas lo disfrutaron, y mucho, las tendríais que ver jugando, gritando, disfrutando como niñas, transportadas a tiempos sin preocupaciones, en un paréntesis temporal. Fueron 25 chicas de entre 14 y 21 años, en plena adolescencia.
Al principio, les costó. Al conocernos por primera vez, nadie se podía poner a mi lado, se asustaban y hacían un espacio vacío entre yo y cualquier forma de vida femenina… Poco a poco fui ganándome su confianza, empezaron a interaccionar conmigo y ya todo fue como la seda.
Fue muy interesante las fuertes creencias bastante anticuadas que tenían, diferenciando tremendamente el género masculino y femenino.
Al final con muchas de las chicas teníamos bromas que fuimos repitiendo hasta el final de las semanas. Una de ellas me llamaba hermano grande en Tamil cada vez que me veía, esta chica era muy graciosa, y acabamos siendo amigos!!!
En el grupo había varios caracteres, como acostumbra a pasar en un grupo de gente, que es heterogéneo, y se formaban grupos separados. Nosotros intentábamos romper estos grupos, hacerles comprender que las diferencias son características positivas en los individuos que benefician a todo el grupo.
Fue muy interesante poder compartir, nosotros les enseñamos nuestros argumentos y principios y ellas nos enseñaron su cultura, sus costumbres, sus expresiones, su música y sus bailes… casi nada!! A medida que el taller avanzaba las chicas estaban cada vez más motivadas, ya éramos un grupo, que juntos estábamos creando algo, expresando, desarrollándonos los unos a otros.
El último día fue triste, ellas volvían a la residencia de Trichy, y nosotros continuábamos nuestro viaje a otros lugares. Nos llevamos esta experiencia muy grabada en el corazón, la verdad es que fue muy intenso, muy cercano y trabajamos durante muchas horas… Aaaaaish… solo esperamos que hayamos podido cambiar a mejor, aunque solo sea un poco, su vida. Nos volveremos a ver!!!!!
Que emoción, me ha encantado este viaje… estoy segura que habéis dado luz a sus vidas. Que situación tan injusta estan viviendo. Un abrazo y mucha energía!!!