A través de Angelique, el contacto con la que trabajamos para Enfants du Mekong, hablamos con la escuela infantil Champa-Lao. Se trata de una pequeña escuela llevada por las Hermanas de la Caridad de Laos que hace las funciones de guardería.
Esta guardería cuida a todos los niños, tengan o no recursos, así que los que no tienen no pagan, que es una buena porción de ellos. La edad de los niños está comprendida entre 1 y 3 años… os podéis imaginar? Son ultra-monos no, lo siguiente…
Llegamos a la escuela y nos recibió Angelique con la hermana Latsamy, una mujer laosiana que también hablaba italiano así que nos pudimos comunicar bien. La escuela se compone de dos edificios separados por un techo que cubre un patio intermedio. Los niños estaban en una de las grandes aulas, y os podéis imaginar, 40 niños de 1 a 3 años, jugando, llorando, gateando, persiguiendo a una hermana, hasta que entramos en la sala… se hizo el silencio, las miradas fijas en nosotros, las mandíbulas se desencajaban, con algún chorrillo de saliva escapándose por el costado… como gente educada que somos les dijimos: Sabaideeee!!!! y todos a coro respondieron lo mismo.
Seguían mirándonos fijamente, con máxima curiosidad, la escena era tensa… arbustos secos en bola pasaban rodando por la sala, de repente sonó un lloro nervioso descontrolado teníamos que hacer algo, algo genial, original e increíble, nos escondimos detrás de la puerta y asomamos la cabeza para después volver a esconderla… qué buenos somos… las risas empezaron a aparecer, cada vez que asomábamos las cabezas un estruendo de sorpresa y risas resonaba por la sala, in creciendo, nos escondíamos, se hacia el silencio, asomábamos y se deshacían en risas… todos estaba a punto para la función!!!!
Nos fuimos a preparar, teníamos que ir rápido para que la multitud no se desmadrara… Una vez listos, empezó el número. Los niños estaban encantados, con las miradas más abiertas que he visto, dispuestos a pasar un buen rato. A cada movimiento, expresión, subida de tono, ellos la recibían y se reían.
La interacción con el público fue más abundante que nunca, quería jugar con nosotros, pero lo mejor es que también quería que siguiésemos el número, que no parasemos, así que nos ayudaban y todo era fácil.
Ellos se lo pasaban genial y nosotros lo disfrutamos a cada momento!! Imaginad niños tan pequeños, gritando con nosotros, riendo, participando, que gozada de público!! Y qué monos!!!! Los más entregados y los más tímidos, todos eran para comérselos…
Para acabar el espectáculo, como siempre, nos fuimos por donde habíamos venido, con una última mirada y un suspiro… al desaparecer sonaron aplausos, gritos y risas, y una marabunta de niños acercándose!! Jajajajaja… querían más y se unieron a nosotros entre bastidores para jugar!!
Al salir, los niños ya estaban comiendo, así que nos quedamos a ayudar a darles de comer… se dejaban con caras embobadas!!!! Y otra vez a jugar!!!
Que gusto tener este público del que el payaso tiene que aprender, que frescura, sinceridad y ganas de compartir y disfrutar… en esta vida toca jugar!!!!!
QUE caras de felicidad, los niños y vosotros !!!!!
Enhorabuena !!