Y la tercera y última experiencia con CanSupport, por ahora. Esta vez fue en viernes, el turno de Day Care para los adultos.
Como el público era diferente podíamos hacer el mismo número que los días anteriores. Esta vez todo el mundo estaba sentado sobre las esterillas y justo cuando llegamos se empezaron a levantar, pero porque en ese instante abrieron el turno para repartir los medicamentos.
Empezamos el espectáculo, con la preciada compañía de unas de las señoras responsables y tenia una preciosa y contagiosa risa… éxito seguro!!!
Los adultos empezaron a sonreír, pero cuando los mirábamos rápidamente escondían su risa, sobre todo ellas, se hacían las duras mostrando seriedad ante nuestras payasadas… Eso era simplemente timidez y protección, para minimizar las posibilidades de que las escogiéramos como voluntarias… jajajaja…
Una señora del público, se ofreció desde el primer momento a colaborar, no dejaba de reírse… me recordó a mi tía Mari Carmen… La saqué a bailar, desafió a Mayra para conquistarme, y recorríamos a ella para darle un poco de color a la escena con su presencia… todo un gusto… Todo el show prosiguió con el disfrute de todos… con muchos protagonistas… por tímidas o por osadas… nosotros lo jugábamos todo…
Una vez finalizado, nos aplaudimos y nos abrazamos mutuamente, todos encantados y con buenas sensaciones. Algunas sonrisas significaron mucho para nosotros, nos enseñaron que realmente habíamos contribuido a crear un mundo mejor, aunque solo fuera por unos minutos…
Ante de irnos hablamos con Pukhraj, él nos invitó a que le acompañáramos a hacer unas visitas por la tarde que él hace por su cuenta dos días por semana. Nosotros aceptamos, seguro que sería interesante.
Quedamos en la parada de metro A.I.I.M.S (All Indian Institute of Medical Science). Se trata de un mega hospital público, el más grande de la India. Atiende a illones de personas de toda la India. En las afueras se acumulan pacientes durante meses en espera de su tratamiento, que en ocasiones puede tardar años. Así que los pacientes y sus familias se desplazan hasta Delhi en espera del tratamiento y se quedan en la calle o en unas «residencias» destinadas para ellos, hasta que llegue su tratamiento.
Al salir del metro nos encontramos con Pukhraj. También había un grupo de voluntarios con los que él había colaborado hacía tiempo. Se estaban preparando para alimentar a cientos de personas que esperan tratamiento a las puertas del hospital. Nos ofrecieron ayudarlos y allí nos pusimos manos a la obra!!! Nuestra función era añadirnos a la cadena e ir dando vasos de agua a la gente. La gente recibía su porción de agua con caras sonrientes por curiosidad hacia nosotros…
Después Pukhraj nos llevó a donde quería llevarnos… Se trata de las residencias del hospital, donde la gente vive durante meses o incluso años. Los precios van desde una cama en un dormitorio por 50 rupias a un espacio en el suelo por 10 rupias por noche. Fuimos a ver la gente hacinada en esta última opción, gente sin recursos que además no tiene medios para ganarse la vida…
Se trata de una gran sala donde a cada familia se le asigna una parcela de 2-3 metros cuadrados, una parcela pegada a la otra, en el suelo, sobre cartones, con las pocas pertenencias de la familia. Una visión realmente triste. Allí Pukhraj pasea por la sala y los pacientes y familiares le explican sus problemas, así él puede hacer contribuciones dirigidas, como medicamentos, o en algún caso artículos que pueden cambiar vidas, como una máquina de coser para poder hacer ropa para vender…
Mucha de la gente con la que habíamos compartido en el Day Care estaba allí. Un hombre incluso nos ofreció un café soluble de sobre… lo poco que él tenía… para agradecernos el buen rato pasado con el show…
Estuvimos a punto de actuar allí mismo, estábamos preparados, pero los vigilantes y la administradora del sitio no quisieron que hiciéramos ruido… para evitar cualquier publicidad, así que no nos dejó…
Fue una situación difícil, era como paseándonos por la vida de gente que no lo está pasando nada bien, pero Pukhraj insistió, y él hace una muy buena labor. Nuestro papel allí fue entretener y jugar con todos los niños que se iban uniendo a nuestro paso. Les hacíamos juegos y payasadas y se lo pasaron genial…
Toda una visión que no nos dejó indiferentes… verlo para sentirlo… Al final nos despedimos de la gente y de Pukhraj que se dirigía a la farmacia situada fuera de la residencia con un séquito de gente a la que les iba a comprar tan necesitadas medicinas…