La última colaboración en Battambang, Camboya, fue con S.A.U.C.E, una ONG española que pertenece en la Prefactura Apostólica de la diócesis de Battambang, dirigida por el Monseñor Kike Figaredo, un jesuíta asturiano, que actualmente es Prefecto Apostólico de la diócesis de Battambang y Presidente de Cáritas Camboya.

Nos alucinó el trabajo social que llevan a cabo desde la organización!!!! Desde hace décadas da asistencia a refugiados, discapacitados (la mayoría víctimas de las minas y de poliomelitis) repartiendo sillas de ruedas allí dónde se necesitan, sacando a niños de la pobreza, creando casas de acogida y escuelas, y ayudando a las familias para que los niños puedan escolarizarse y no tengan que trabajar a edades tan tempranas.

No sólo realizan estas acciones sinó que después hacen un seguimiento para asegurar el cumplimiento de esas condiciones. Nos quedamos alucinados con toda la logística y el esfuerzo que se invierte, no sólo por parte de voluntarios sinó de toda la comunidad local. Con ellos pudimos llevar a cabo un par de colaboraciones; un taller de juegos de teatro y la actuación en la Casa de Acogida Lidy de Tahen y una actuación en una escuela de primaria de una zona rural muy empobrecida.

Tahen es un diminuto pueblo en la provincia de Battambang. Es una zona muy rural, un entorno muy pobre, dónde no hay dinero para poder asegurar la educación de los más jóvenes, por eso éstos acompañan a los adultos a los campos para ayudar, o si son demasiado pequeños se quedan con la abuela o sin ninguna atención. El objetivo de este hogar es proporcionar educación a jóvenes cuya situación familiar no se lo permitiría. Algunos son huérfanos, otros han sido abandonados y muchos provienen de familias rotas o muy pobres, sin recursos para enviar a sus hijos al colegio.

En la actualidad, en Casa Lidy viven 45 estudiantes, 23 niñas y 22 chicos estudiando la escuela primaria, secundaria y universidad.

 

Cuando llegamos a Tahen todos los niños salieron a recibirnos, desde la distancia, nos miraban, se acercaban a los voluntarios que ya conocían y con los que a menudo jugaban… a nosotros nos miraban de reojillo… los nuevos… Escogimos primero las zonas dónde podríamos ralizar primero el workshop y después la actuación, y como se nos echaba el tiempo encima comenzamos a llamar a la juventud para empezar el taller de teatro y clown.

Eran 45 niños, de edades comprendidas entre 8 y 15 años, muy tímidos y con un toque chulesco muy gracioso. Había un grupito de unos 10 años que iban con la misma camiseta de fútbol, supusimos que eran un equipo, y no paraban de dar guerra… Empezamos con los calentamientos, ya comenzaron a reirse, pero aún de una forma nerviosa, sintiendo la tensión de lo que estaban o iban a hacer. Ya veían que tendrían que exponerse delante de sus compañeros y habían armado todas sus defensas contra el ridículo… jajajaja… pues no les quedaba nada… Continuamos con los ejercicios de calentamiento, el grupo estaba muy disperso, había muchos juegos paralelos en petit comité, eso distraía demasiado… No iba a ser fácil!!!

Esta experiencia es por y para ellos, así que hay que leer un poco las ganas que tienen, la manera en que los podemos estimular y reconducir los ejercicios en la dirección que ellos se sientan más motivados y más interesdos. Así que empezamos a hacer juegos de interpretación en grupo, involucrando un poco de competición, algo que los estimulara. Y así fue, mientras jugabamos todos reían, comentaban, disfrutaban, se morían de vergüenza pero a la vez el reto los motivaba y pedían más rondas de juego, sobretodo aquellos que no habían tenido aún la oportunidad de lucirse, de medirse, de demostrar. Ya teníamos pequeños trepando por la espalda, jugando con nosotros, la confianza se había creado y con ella un pequeño vínculo.

De repente: vaya!! empezó a llover, tuvimos que recoger e ir a cubierto. Como el tiempo ya se nos había echado encima, decidimos pasar al espectáculo, porque ellos también habían prepardo una demostración de danzas tradicionales y modernas para mostrarnos!!!! que orgullo!!!! Bueno, pero primero les haríamos nosotros el regalo.

Prepramos la música y asignamos a un técnico de sonido: Javier, te ha tocao!!! él lo recibió con cara de susto… pero una vez explicado… esto está chupao!!! Nos fuimos a cambiar, ya oíamos a los niños que se estaban preparando… qué nervios!!!!! la emoción iba en aumento, había niños impacientes que nos intaban a salir de inmediato!!!! que empiece ya!!!!!! Aaaaaaaah!!!!!

Y empeza el show… con esa canción divertida y romantica, los niños estaban boqui-abiertos… nunca habían presenciado nada parecido… que hacía ese tio con nariz roja!!? Poco a poco empezaron las risa, con algú n voluntario que otro, las carcajadas llegaban, todos disfrutaban, se sorprendían, se enamoraban de los personajes… Hubo sobretodo un voluntario de unos 10 años que tenía un desparpajo especial, los dos disfrutamos interpretando juntos, escuchándonos, complementandonos, pero que gracia tenía el chaval!!!!

El número ya casi se estaba terminando, los mayores se reían, los pequeños se acercaban acompañando su enorme boca abierta que les abría paso hacia delante… y fin… Los chavales aplaudían pidiendon más!!!! Genial, habíamos conseguido interesarlos, que sintieran que la historia iba sobre ellos, sobre todos nosotros, y querían saber como continuaba, cual sería su final. Después de cambiarnos, los voluntarios nos explicaron los comentarios de los niños, al principio uno preguntaba si estaba actuando o es que era así… después todos querían salir de voluntarios, y al final pedían una segunda parte, que durase más, que no acabara ahí…

Si pensamos en la experiencia y vemos los detalles, en un lugar perdido del mundo, entre selva y arrozales, en una cultura muy diferente a la que estamos acostumbrados, niños con unas necesidades realemnte importantes, en lucha por sobrevivir, y sentimos la manera con la que hemos conectado, que hemos compartido, sin comunicación oral, incluso en el escenario, te das cuenta lo cerca que estamos, lo iguales que somos y lo mucho que podemos aprender los unos de los otros… Gracias por estos momentos chavales!!!!

Pero esto no acababa aquí!!! Habían preparado una muestra de danzas tradicionales y modernas para nosotros!!! Ole ole ole!!! Que monos semejantes retácos haciendo los bailes tradicionales, todas concentradas, con unos 8 añitos, dándolo todo!!!! Después otros bailando una coreografía a lo Shakira… Madre mía, pero que arte que tienen!!!! Y así acabamos, regalándonos todo el arte que tenemos, lo que nos podemos dar…

Al finalizar  la jornada, todo el equipo de voluntarios y trabajadores, nos invitó a cenar en el restaurante de la ONG que lleva a cabo acciones de compromiso social. El restaurante gestionado por SAUCE ofrece comida camboyana y española… Pudimos comer tortilla de patatas, gazpacho y croquetassss!!!!! Madre mía!!! que placer después de tantos meses sin probar tantas delicias de casa… una noche redonda para finalizar un día excepcional!!!! Mil gracias a todos!!!!