El siguiente proyecto llegó de la manera más imprevisible. Pusimos un anuncio en una página de facebook para ver si podíamos representar nuestro espectáculo Suspirando Pinceles en Vientiane y nos contestó Angélique, una chica francesa que colabora con la ONG Enfants du Mekong. Esta organización tiene 10 centros repartidos por el mundo y multitud de centros de acogida, dan soporte a miles de niños, les ayudan en su educación y les preparan para que puedan acceder a un trabajo digno el día de mañana.

Nos reunimos con Angélique y pactamos la fecha y el tiempo que sería conveniente para que nosotros hiciéramos un taller y actuación a chic@s de entre 16 y 24 años, todos provenientes de zonas rurales de Laos, sin recursos para invertir en una educación que supone un gasto que la mayoría no puede costear.

Llegó el día. Primero quedamos para comer con Angélique, Mr. Tui, un señor Laosiano muy simpático, fundador del centro en Vientiane y responsable en Laos, también estaba su mujer y dos voluntarias del centro, Sue y Ségolène.

Mr. Tui nos explicó las dificultades que habían tenido desde su apertura hacía un año y lo importante que era para los chic@s conocer las posibilidades de futuro a las que pueden optar y así poder romper la línea de pobreza en la que normalmente están atrapados.

Una vez dentro del centro nos esperamos a que todos llegaran, chicas y chicos jóvenes, con caras despiertas, miradas curiosas, nos observaban de reojo… sin perderse detalle mientras conversaban entre ellos.

Cuando estuvieron los 48 chic@s, les explicamos quienes somos y qué estamos haciendo, nuestro viaje y el propósito de dicha visita, mientras Mr. Tui traducía. Les describimos lo que suponía ser Clown para nosotros, sus caras de incomprensión se disimulaban para no parecer descorteses pero sabíamos que lo entenderían sobre la práctica.Los separamos en dos grupos de 24. Empezamos calentando con el primer grupo, completamente entregados, curiosos por lo que nosotros, haciéndonos llamar «Clown», les podíamos mostrar… A medida que el taller avanzaba más se contagiaban de nuestras ganas, motivación, lo daban todo y buscaban con nosotros el sentido a cada ejercicio, una joya poder compartir estos momentos, tan efímeros pero tan fuera del día normal. El tiempo pasó volando!!

Con el segundo grupo sustituimos un ejercicio para poder hacer una pequeña improvisación final, en pequeños grupos. Fue un acierto, con cierta timidez y miedo escénico representaron algo de su propia cosecha, juntos, ofreciendo sin escatimar, quizás por primera en público, una pequeña parte de ellos mismos. Aliviados, nos agradecieron el rato juntos con un sonoro «Kop Chai Lai Lai!!»

Después del taller tocaba nuestra actuación. Lo preparamos en el patio para poder tener un fondo verde, arboles y arbustos, escenario ideal para nuestro show. Pusimos unos taburetes para que todo el mundo pudiese sentarse, quedó genial!! Nos fuimos a preparar mientras ellos se impacientaban…

Empezó el show!! y ya al principio se escaparon las primeras risas. Después de unas horas compartiendo juntos, alimentando la risa, vernos como payasos tenía que ser gracioso… jejeje. A medida que avanzaba el espectáculo el público estaba más entregado, más caliente, las risas ocupaban el ambiente, sonrisas, gritos de sorpresa… Sus caras eran todo lo que necesitábamos, el sueldo que buscábamos, necesitábamos…

Al final, muchos aplausos, caras felices acompañándonos para dejarnos claro que les había gustado mucho. Un chico se nos acercó y nos dijo: «Esto ha sido muy interesante» con cara sincera y ojos abiertos… lo mejor que nos podían haber dicho… Lo había entendido todo!! había visto más allá de dos personas con una bola roja en la nariz accionando de forma divertida… Este chico ha dado aún más sentido a nuestro trabajo…

Y después de cambiarnos, una charla final con Angélique y Sue para digerir lo vivido, nos fuimos… dejando atrás un día precioso, compartiendo, dando y recibiendo amor, comprensión y conexión a un nivel más sincero…

Esperamos que la vida os sonría!! 😉