Caritas Bangladesh, aliviando el dolor de un pueblo, refugiados Rohingyas

La siguiente colaboración fue muy especial para nosotros, no solo nos devolvía al trabajo de campo y significaba colaborar con una nueva organización, sino que además era para una gente que ahora mismo están en situación crítica. Se trata de los refugiados Rohingyas, expulsados/escapados de Myanmar por la sanguinaria represión que sufren por parte de los militares del país.

El pueblo Rohingya es una etnia de religión musulmana que vive en el estado de Rakhine, llamado Arkan por los Rohingyas, en Myanmar. Su antigüedad en esas tierras es una de las principales disputas entre los Rohingyas y el gobierno de Myanmar. A día de hoy el número de refugiados asciende a 1,2 millones de personas, hacinados en condiciones muy básicas, viviendo en tiendas, sin ningún control de seguridad interno, con un creciente dominio de mafias y sin la posibilidad de ninguna solución o esperanza a corto plazo.

Además se suma la reticencia del gobierno de Bangladesh a invertir en estos campos y crear una mínima infraestructura, con la idea de asegurar que estos refugiados estén solo temporalmente y no se asienten en esas tierras de forma definitiva. Tampoco permiten crear escuelas, por eso Caritas ha creado los Child Friendly Spaces (CFS).

Estos espacios proporcionan un lugar seguro, donde los niños y niñas, un 60% del total de los refugiados, puedan estar seguros y tengan un mínimo desarrollo, aprendan higiene básica, se alimenten adecuadamente y puedan desarrollarse mínimamente mediante una educación complementaria.

Nuestra colaboración fue a través de Jesuits Refugee Service (JRS) que actuaba a través de Caritas, así que a efectos prácticos nuestra labor reportó directamente al personal y facilitadores de Caritas Bangladesh. Caritas es una enorme organización internacional de servicio social iniciada en 1897 que se dedica a proporcionar soporte en todo el mundo para en defensa del pobre y desfavorecido.

Volamos desde Barcelona, por unas 14 horas. Una vez en Bangladesh, y después de interminables verificaciones de pasaporte nos encontramos con nuestro contacto, Mr. Shishir, uno de los managers de Caritas en Dhaka, la capital del país. Con él estuvimos visitando los alrededores de Dhaka hasta coger un avión doméstico a Cox’s Bazar, donde llevaríamos a cabo el taller.

La organización de Caritas Bangladesh lo tenía todo preparado. Estábamos albergados en un hotel y el taller se llevaría a cabo en la sala de conferencias del mismo. Todo estaba listo para que al día siguiente empezáramos las 7 horas diarias de taller durante los siguientes 5 días.

A 5 minutos para las 8:30 estábamos todos en la sala del taller, observándonos los unos a los otros, curiosos, con ganas de empezar. Se les veía en la cara la intriga…: qué se hace en un taller de Clown…? Jajajajaja… en breve lo iban a descubrir!!!

Dimos la campana de inicio y Mr. Shishir se encargó de iniciar las presentaciones… que nervios!!! Teníamos muchas ganas de empezar, de compartir juntos los siguientes días de intenso trabajo, de conocimiento mutuo, de esfuerzo y mucha verdad.

En total eran 26 personas, la mitad personal de Caritas, algunos senior y otros junior, y la otra mitad eran facilitadoras, todas ellas mujeres, las que se encargarían de enseñar en los CFS en los campos de refugiados.

Al principio el ambiente fue un poco más rígido, de timidez, había algunas barreras culturales que debíamos superar, les costó acostumbrarse a nuestra forma de hacer, desenfada y buscando su propia opinión, su propia expresión y a cada uno de ellos.

La chicas facilitadoras, de mayoría musulmana, al principio les costó integrar los ejercicios a sus esquemas, no las culpo, jejejeje… pero poco a poco todos nos fuimos fusionando en un fantástico y maravilloso grupo de expresión y juego, aprendizaje y experimentación.

Las dinámicas cada vez levantaban más voluntarios. Aquellas y aquellos que al principio bajaban la mirada al pedir colaboración, ahora les brillaban los ojos de emoción, de necesidad de decir su opinión, por compartir con todos nosotros la esencia que llevaban dentro. En el vínculo común: todo por los niños y aprendiendo para ofrecerles más, nos sumergimos todos en este viaje que duró 5 días.

Y esta sensación fue palpable, las opiniones finales, los reconocimientos, las expresiones de gratitud del grupo nos dejaron al borde de las lágrimas. Nuestra forma diferente de tratar los conceptos les sorprendió sobremanera, nos comunicaron que no se habían aburrido ni un solo momento, que el tratamiento de los conceptos había sido de manera tan simpleza, muy clara… Este es el premio a lo que hacemos… Gente feliz!!!

A través de nuestra técnica, de nosotros, dejando un recuerdo y un conocimiento que ahora llegará a los Rohingyas, a sus niños y niñas, a una parte del mundo que le hace mucha falta reír y expresar, son límites ni barreras, para que podamos decir que la voz del mundo también es suya.

   

Después de esta experiencia, intensa, emotiva, con imágenes que no olvidaremos, con miradas, gestos, risas y sonrisas que se quedan grabadas en nosotros para siempre… Buena suerte en vuestra increíble misión, nos volveremos a ver, sin duda…

Desde Cox´s Bazar volamos a Dhaka para coger otro avión a Chennai, India, dónde nos espera la siguiente colaboración… Allá vamos!!!

JRS Refugiados Chin, la rutina diaria de salvar vidas

En Nueva Delhi contactamos con Jesuits Refugees Service (JRS) una ONG iniciada en 1980 que proviene de la orden de los Jesuitas. Se han dedicado desde hace décadas a la atención de gente vulnerable, resultado de conflicto armado o desastre natural, en ocasiones corriendo muchos riesgos. Sobre todo se dedican a asistir a gente en campos de refugiados o desplazados en todo el mundo, para asegurarles una vida lo más digna posible, para defender sus derechos en los países dónde son refugiados e implementar programas de desarrollo para individuos y comunidades para que puedan reinsertarse en la sociedad lo antes posible.

  

JRS cubre varias áreas de atención. Ellos trabajan en educación, desarrollo personal y profesional, programas de desarrollo económico, salud, soporte psicológico, centros de diversidad funcional, asistencia en emergencia, en nutrición, y también dan asistencia legal y de derechos humanos. Con 1400 trabajadores, sin contar los refugiados que entrenan para que sean profesores, han ayudado a millones de personas en todo el mundo, en 60 países… casi nada… desde el primer momento nos sorprendió la increíble obra social y de ayuda que hacen, dando esperanza a miles de personas en todo el mundo…

Ya habíamos trabajado indirectamente con ellos en Myitkyina, a través de la hermana Rose Mary de las Hermanas de Jesús. Enviamos un email y no tardamos en recibir respuesta, el padre Stan, director de JRS India nos citó para hablar con nosotros. Nos propuso llevar un taller para refugiados de Myanmar de la etnia Chin en Delhi. Nosotros aceptamos sin dudarlo, y acordamos que podría ser el siguiente lunes. En Delhi hay unos 2000 refugiados de la etnia de Myanmar Chin, una de las 7 más importantes etnias de este país.

Chin es uno de los 7 estados étnicos de Myanmar. Es considerada la región más pobre con un índice de pobreza del 73%. El 50% de la actividad económica en este estado es agraria. En el 1962 el general Ne Win dio un golpe de estado en Myanmar y ha gobernado el país durante 26 años. Durante este periodo el gobierno llevó a cabo una birmanización del país por varios intereses, persiguiendo todas las etnias diferentes a la birmana. La etnia Chin ha ido escapando al estado indio de Mizoram, fronterizo con el estado Chin, donde no son reconocidos como ciudadanos. Más de 12.000 de estos refugiados se trasladaron a Delhi, una gran urbe donde encontrar un trabajo digno puede ser tarea imposible.

Así que el siguiente lunes nos dirigimos hacia el lugar donde nos habían citado, un centro de desarrollo de JRS dónde los refugiados Chin aprenden inglés, informática básica, costura, y otras actividades para dar salida laboral a la gente del campo de refugiados. Recordamos que el principal objetivo de un campo de refugiado es su desaparición, debido a la reinserción de su gente en una sociedad sin violencia y que les permita un desarrollo normal. Sin embargo hay muchos campos de refugiados que llevan en funcionamiento décadas. Por este motivo JRS proporciona recursos de desarrollo personal y profesional, para conseguir que puedan ganarse la vida de una manera independiente.

En el centro de desarrollo preparamos lo que nos habían pedido, un taller distendido y diverti-do para las mujeres que asisten allí… o sea, un taller de Clown!!!! Jajajajaja… Saludamos a Steffi, Jovin y Morning, parte del personal de JRS. Entramos en la sala, y allí estaban ellas, todas mujeres. Un grupo de unas 20 mujeres de edad comprendida entre 20 y 60 años, sentadas en el suelo, algunas con niños pegados al cuello. No tenían ni idea de qué íbamos a hacer, sus caras eran de timidez extrema!!!! jajajaja… ningún problema, eso es lo normal… Manos a la obra!!!!

Empezamos con el calentamiento, divertido, todas motivadas y dispuestas, riéndose al ver a sus compañeras. Al principio se notaba que no estaban muy entrenadas en ejercicios de atención, pero poco a poco la concentración fue en aumento, consiguiendo que lo dieran todo… Las más tímidas eran muy tímidas!!! jajaja… pero otras tiraban del carro arrastrando al grupo. Se veía un sentimiento de comunidad, de apoyo entre ellas, y se notaba que iban al centro de desarrollo a aprender.

Entre risas se motivaban y retaban las unas a las otras, se empujaban a salir voluntarias y se reían juntas las unas con las otras… Los ejercicios de improvisación fueron muy bien. Estaban muy graciosas con la nariz de payaso… que monas… al principio estaban todas super tensas, pero poco a poco se relajaron y se permitieron disfrutar del momento, entre risas y comentarios, asombradas de que ellas pudiesen estar actuando delante de un público…

 

Todos nos partíamos de risa, era realmente divertido y tierno verlas allí, disfrutando como niñas pequeñas, ofreciendo generosas a sus compañeras esas escenas de sus vidas…

Fue una gran experiencia, ellas hicieron un gran esfuerzo, las habíamos sacado muy lejos de su zona de confort, y habían respondido muy muy bien, con valor y entendiendo perfectamente la propuesta, dos valores muy importantes para dar un paso adelante, para estar dispuestas a adentrarse en una sociedad muy distinta a la suya… Os deseamos lo mejor de corazón, lo tenéis todo para conseguirlo!!!!