Campos de refugiados Rohingya en Bangladesh, con Caritas y JRS, compartiendo con niñ@s maravillos@s

Volvimos a Bangladesh, después de la primera formación proporcionada en el mes de mayo. En esta ocasión fuimos a proporcionar formación en los campos de refugiados Rohingya y a hacer un seguimiento de los avances del personal de Caritas respecto a la formación anterior.

El primer día llegamos a Dhaka, y tuvimos que esperar al siguiente día para coger otro vuelo interno que nos llevara a Cox´s Bazar, la localidad más próxima a los campos de refugiados.

Una vez allí nos volvimos a encontrar con el personal de JRS Bangladesh, el padre Jeya y el padre Francis, y con el personal de Caritas Bangladesh, Ambros, Collins y Ram Proshad. Ese mismo día acabamos de revisar los detalles de los siguientes días, para tenerlo todo a punto.

Así que llegó el día de la verdad, después de días de preparación, llegábamos con la furgoneta de Caritas al campo de refugiados número 4 en la región de Cox´s Bazar, en Bangladesh. Ese campo es donde Caritas ha invertido la mayoría de esfuerzos, y la verdad es que nos sorprendió el increíble trabajo que habían hecho.

El trabajo de ingeniería era impresionante, con robustos puentes hechos con bambú, caminos y escaleras hechas con sacos y piezas de hormigón… Un magnífico trabajo!!!!

Y nos dirigimos al primer Child Friendly Space (CFS), una cabaña robusta y espaciosa con 3 habitaciones, un despacho y dos aulas hecha con bambú y lona de plástico!!! Fantástico!!!!

Las aulas son súper coloridas y llenas de materiales, sobretodo hechos con materiales reciclados, para realizar juegos y aprender ingeniosamente. Está súper bien montado!!! y nos encantó formar parte de ello.

El primer taller Mayra y yo nos tuvimos que separar en las dos aulas, en cada aula tuvimos 25 alumnos cada uno de 4 a 6 años… Empezamos con la caballería… jejejeje… La verdad es que fue muy fácil!!!

Estaban ansiosos por trabajar con nosotros, con esas caras de asombro e ilusión. En algunos de los niños aún se podía leer las experiencias que habían vivido, las dificultades traumáticas-emocionales de las que aún estaban huyendo…

Pero en general, estaban ansiosos por participar con nosotros en todo el taller, compartiendo y aprendiendo. Al final de la sesión, l@s niñ@s hacían cola para recibir un huevo duro y una manzana, uno de los alimentos más importantes del día, una ración de proteína y otra de vitaminas… Esa imagen nos reconfortaba a la vez que nos rompía el corazón…

La verdad que las imágenes que vimos en el campo de refugiados eran bastante duras. El número total de refugiados ha alcanzado el millón y medio, y de todo ello el 60% son niñ@s…

Caminando por el campo se pueden ver niñ@s por todas partes!! los más pequeños desnudos de cintura para abajo, las niñitas de 7 años cuidando de sus herman@s de 3 años… Por suerte hay escuelas en los campos, además los CFS de Caritas ayudan a mejorar el desarrollo de l@s niñ@s para una educación más provechosa, incluyendo herramientas artísticas para mejorar el desarrollo cognitivo.

Los siguientes talleres y días fueron geniales. En total de 6 CFS tuvimos unos 700 alumnos, en grupos de edad de 4 a 6 años, de 6 a 9 años, de 9 a 12 años y de 12 a 16 años… Todos los grupos disfrutaron sin condición, como siempre al principio un poco tímidos, e incluso con miedo de nosotros, gente muy diferente a la que están habituados ver, pero rápidamente, y con alguna payasada, se entregaban a disfrutar juntos…

Al final, después de hacer evaluación, el resultado fue increíble, el personal de Caritas y JRS estaba encantado de ver a l@s niñ@s disfrutando libremente, aprendiendo y recuperando sus sonrisas, perdidas por algún tiempo.

Una vez realizados los talleres en el campo de refugiados, hicimos el entrenamiento del personal, tanto de Caritas como los facilitadores de los CFS.

El objetivo fue valorar y discutir lo aprendido en la primera formación y la experiencia en el campo. La formación duró tres días para 30 personas, y todo el personal estuvo entregado y motivado en todo momento.

Nos lo pasamos genial, y conseguimos adaptar todos los conocimientos para ser impartidos en los CFS de los campos. Todos aprendimos y compartimos juntos, sin reservas, dispuestos y preparados para poder entregar nuestras experiencias a la gente que las necesita.

La evaluación final fue súper enriquecedora y satisfactoria, nos podíamos ir felices y contentos, habíamos hecho un buen trabajo… No podemos esperar a poder volver para seguir el trabajo ya iniciado…

Caritas Bangladesh, aliviando el dolor de un pueblo, refugiados Rohingyas

La siguiente colaboración fue muy especial para nosotros, no solo nos devolvía al trabajo de campo y significaba colaborar con una nueva organización, sino que además era para una gente que ahora mismo están en situación crítica. Se trata de los refugiados Rohingyas, expulsados/escapados de Myanmar por la sanguinaria represión que sufren por parte de los militares del país.

El pueblo Rohingya es una etnia de religión musulmana que vive en el estado de Rakhine, llamado Arkan por los Rohingyas, en Myanmar. Su antigüedad en esas tierras es una de las principales disputas entre los Rohingyas y el gobierno de Myanmar. A día de hoy el número de refugiados asciende a 1,2 millones de personas, hacinados en condiciones muy básicas, viviendo en tiendas, sin ningún control de seguridad interno, con un creciente dominio de mafias y sin la posibilidad de ninguna solución o esperanza a corto plazo.

Además se suma la reticencia del gobierno de Bangladesh a invertir en estos campos y crear una mínima infraestructura, con la idea de asegurar que estos refugiados estén solo temporalmente y no se asienten en esas tierras de forma definitiva. Tampoco permiten crear escuelas, por eso Caritas ha creado los Child Friendly Spaces (CFS).

Estos espacios proporcionan un lugar seguro, donde los niños y niñas, un 60% del total de los refugiados, puedan estar seguros y tengan un mínimo desarrollo, aprendan higiene básica, se alimenten adecuadamente y puedan desarrollarse mínimamente mediante una educación complementaria.

Nuestra colaboración fue a través de Jesuits Refugee Service (JRS) que actuaba a través de Caritas, así que a efectos prácticos nuestra labor reportó directamente al personal y facilitadores de Caritas Bangladesh. Caritas es una enorme organización internacional de servicio social iniciada en 1897 que se dedica a proporcionar soporte en todo el mundo para en defensa del pobre y desfavorecido.

Volamos desde Barcelona, por unas 14 horas. Una vez en Bangladesh, y después de interminables verificaciones de pasaporte nos encontramos con nuestro contacto, Mr. Shishir, uno de los managers de Caritas en Dhaka, la capital del país. Con él estuvimos visitando los alrededores de Dhaka hasta coger un avión doméstico a Cox’s Bazar, donde llevaríamos a cabo el taller.

La organización de Caritas Bangladesh lo tenía todo preparado. Estábamos albergados en un hotel y el taller se llevaría a cabo en la sala de conferencias del mismo. Todo estaba listo para que al día siguiente empezáramos las 7 horas diarias de taller durante los siguientes 5 días.

A 5 minutos para las 8:30 estábamos todos en la sala del taller, observándonos los unos a los otros, curiosos, con ganas de empezar. Se les veía en la cara la intriga…: qué se hace en un taller de Clown…? Jajajajaja… en breve lo iban a descubrir!!!

Dimos la campana de inicio y Mr. Shishir se encargó de iniciar las presentaciones… que nervios!!! Teníamos muchas ganas de empezar, de compartir juntos los siguientes días de intenso trabajo, de conocimiento mutuo, de esfuerzo y mucha verdad.

En total eran 26 personas, la mitad personal de Caritas, algunos senior y otros junior, y la otra mitad eran facilitadoras, todas ellas mujeres, las que se encargarían de enseñar en los CFS en los campos de refugiados.

Al principio el ambiente fue un poco más rígido, de timidez, había algunas barreras culturales que debíamos superar, les costó acostumbrarse a nuestra forma de hacer, desenfada y buscando su propia opinión, su propia expresión y a cada uno de ellos.

La chicas facilitadoras, de mayoría musulmana, al principio les costó integrar los ejercicios a sus esquemas, no las culpo, jejejeje… pero poco a poco todos nos fuimos fusionando en un fantástico y maravilloso grupo de expresión y juego, aprendizaje y experimentación.

Las dinámicas cada vez levantaban más voluntarios. Aquellas y aquellos que al principio bajaban la mirada al pedir colaboración, ahora les brillaban los ojos de emoción, de necesidad de decir su opinión, por compartir con todos nosotros la esencia que llevaban dentro. En el vínculo común: todo por los niños y aprendiendo para ofrecerles más, nos sumergimos todos en este viaje que duró 5 días.

Y esta sensación fue palpable, las opiniones finales, los reconocimientos, las expresiones de gratitud del grupo nos dejaron al borde de las lágrimas. Nuestra forma diferente de tratar los conceptos les sorprendió sobremanera, nos comunicaron que no se habían aburrido ni un solo momento, que el tratamiento de los conceptos había sido de manera tan simpleza, muy clara… Este es el premio a lo que hacemos… Gente feliz!!!

A través de nuestra técnica, de nosotros, dejando un recuerdo y un conocimiento que ahora llegará a los Rohingyas, a sus niños y niñas, a una parte del mundo que le hace mucha falta reír y expresar, son límites ni barreras, para que podamos decir que la voz del mundo también es suya.

   

Después de esta experiencia, intensa, emotiva, con imágenes que no olvidaremos, con miradas, gestos, risas y sonrisas que se quedan grabadas en nosotros para siempre… Buena suerte en vuestra increíble misión, nos volveremos a ver, sin duda…

Desde Cox´s Bazar volamos a Dhaka para coger otro avión a Chennai, India, dónde nos espera la siguiente colaboración… Allá vamos!!!